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Cultura de la paz

CONVIVENCIA PACÍFICA Y CULTURA DE LA PAZ

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CULTURA DE LA PAZ

¿Qué es la Cultura de la Paz? Es la existencia -en una sociedad y en nuestra sociedad global- de un conjunto de valores, principios, comportamientos y actitudes de respeto a los seres humanos, a su dignidad y derechos, a los principios de igualdad, libertad y justicia, solidaridad y tolerancia. Se trata de un conjunto de valores que permite a las personas convivir con respeto y tranquilidad, a pesar de las diferencias de todo tipo, e implica también el rechazo al uso de la violencia y de la fuerza en las relaciones entre las personas, entre las sociedades y entre los Estados. Imagínate un mundo sin guerras, ni conflictos sangrientos, ni masacres ni violaciones a los derechos humanos. Sería, sin duda, un mundo de ensueño. Ese mundo sería posible si educamos para la paz. Que haya cultura para la paz implica respetar a todas las personas y escucharlas sin discriminación ni prejuicios. Compartir el tiempo y los recursos materiales y espirituales con las personas que necesitan apoyo y aliento para avanzar. Supone incluso contar con una narrativa, un relato y un imaginario de comunidad compartida, que se enseñan, se ritualizan y se comparten desde las aulas como parte de una sociedad (Dubet, 2017: 102).

“La cultura de paz es un enfoque integral para prevenir la violencia y los conflictos violentos, y una alternativa a la cultura de la guerra y la violencia basada en la educación para la paz, la promoción del desarrollo económico y social sostenible, el respeto de los derechos humanos, la igualdad entre mujeres y hombres, la participación democrática, la tolerancia, la libre circulación de información y el desarme”, así la define la Resolución Cultura de Paz, aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 1998. En otras palabras, es un enfoque que requiere de acciones que contribuyan, por un lado, a la eliminación de los conflictos violentos y, por otro lado, que prepare a las personas y a las sociedades a vivir en el marco del respeto mutuo, generando condiciones para el bienestar y convivencia de todas las personas.

SABÍAS QUE…

21 de septiembre

El 21 de septiembre fue declarado por las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Paz. Originalmente, desde 1981, este día se celebraba cada tercer martes de septiembre, el día de inicio de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

Sin embargo, en 2001, el día de inicio de sesiones de la Asamblea General fue el día del ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York, situadas a pocas calles de la sede de la ONU. Este año la Asamblea General decidió cambiar la fecha de esta conmemoración, estableciendo un día fijo para ello: el 21 de septiembre. 

En la página de la ONU puedes encontrar la información sobre las actividades que se realizan y otras formas de contribuir a la cultura de la paz en el mundo

 

 

 

 

 

 

La Cultura de la Paz -y de no violencia- es un sistema de valores opuesto a la cultura de la guerra y, todavía, lamentablemente, ampliamente extendida entre las personas, comunidades, sociedades y países. Estas dos culturas se componen de una serie de elementos, todos ellos en contraposición, y que marcan la diferencia entre una sociedad abierta y cerrada, una democrática y la otra autoritaria. La creación de la Cultura de la Paz requiere que, paulatinamente, podamos sustituir los elementos de la cultura de la guerra por aquellos que corresponden a la Cultura de la Paz. Mientras más elementos logremos sustituir, mientras más profundamente podamos arraigarnos en nuestra sociedad, la paz será más estable y duradera.

Tabla II. Los contrastes entre dos culturas

CULTURA DE LA GUERRA Y LA VIOLENCIA

CULTURA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA

Creencia en el poder que se basa en la fuerza

Educación para una cultura de paz

Tener un enemigo

Comprensión, tolerancia y solidaridad

Gobierno autoritario

Participación democrática

Secreto y propaganda

Libre circulación de la información

Armamento

Desarme

Explotación de las personas

Derechos humanos

Explotación de la naturaleza

Desarrollo sostenible

Dominación masculina

Igualdad entre mujeres y hombres

CULTURA DE LA GUERRA Y LA VIOLENCIA

Creencia en el poder que se basa en la fuerza

Tener un enemigo

Gobierno autoritario

Secreto y propaganda

Armamento

Dominación masculina

CULTURA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA

Educación para una cultura de paz

Comprensión, tolerancia y solidaridad

Participación democrática

Libre circulación de la información

Desarme

Derechos humanos

Desarrollo sostenible

Igualdad entre mujeres y hombres

Fuente: David Adams, definición de Cultura de la Paz, disponible en: https://bit.ly/3drLW1F

La paz implica que todas y todos podamos sentirnos cómodos con quienes y cómo somos dentro de las sociedades, desarrollando nuestra propia identidad pero teniendo en cuenta que hay algo común que nos une. ¿Cómo podemos ser iguales y diferentes a la vez? Muchas veces, los conflictos surgen porque las demandas de reconocimiento identitario de determinados grupos cuestionan la imagen de nación, la narrativa de lo que es esa sociedad e incluso la identidad mayoritaria de la comunidad. Por ejemplo, en aquellas sociedades con grupos sociales identitarios muy enraizados, que son diferentes a la mayoría de la población o que siendo mayoría han sido tratados como minorías -invisibilizados y discriminados-, la posibilidad de enfrentamientos es mucho mayor. Esto significa que además de garantizar la igualdad ante la ley y la igualdad real, que todos y todas podamos alcanzar el éxito en los proyectos que nos propongamos, debemos procurar reconocernos y entendernos, más allá de las diferencias.

De ahí que sea sumamente relevante evitar la discriminación. Piensa en las mujeres, en las minorías étnicas, culturales o religiosas que siempre han sido desde siempre víctimas de discriminación. Esa demanda de reconocimiento es aún más peligrosa si existe un fuerte clima de incertidumbre: económica, política, internacional, entre otras, que potencia ese malestar. Las injusticias, que han cruzado nuestra convivencia al punto de que para muchos ha sido el orden normal de las cosas, ya no puede mantenerse. Las personas hoy son discriminadas por su identidad: fe, origen, color de piel, sexo, sexualidad. Y, esos grupos, después de tanta invisibilización y discriminización, hoy exigen y demandan reconocimiento, la manifestación pública de la dignidad. Como señala Dubet (2017: 71), “la demanda de igualdad lleva a los individuos a volverse invisibles, con la demanda de reconocimiento buscan volverse visibles”. De ahí que resulte tan importante el reconocimiento de nuestras diferencias para la convivencia y recordar -una y otra vez- aquello “que tenemos en común” (Dubet, 2017: 71) para garantizar nuestra supervivencia como comunidad.

EN RESUMEN

  • La cultura de paz es un enfoque integral para prevenir la violencia y los conflictos violentos, y una alternativa a la cultura de la guerra y la violencia basada en la educación para la paz, la promoción del desarrollo económico y social sostenible, el respeto de los derechos humanos, la igualdad entre mujeres y hombres, la participación democrática, la tolerancia, la libre circulación de información y el desarme.
  • Si bien la igualdad es una demanda clave de las sociedades democráticas, resulta importantísimo que además de iguales nos reconozcamos y visibilicemos todas y todos para que vivamos en paz. 

¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS A TENER EN CUENTA CUANDO QUEREMOS PROMOVER LA CULTURA DE LA PAZ?

La paz es mucho más que simplemente la ausencia de la guerra o de la violencia. Sostener la paz significa establecer una cultura activa de vivir en paz en (y con) el mundo, de lograr la armonía, bienestar y prosperidad de las personas. Como dijo Inger Skjelsbæk: “Si la paz es sólo la ausencia de guerra, entonces hay paz en muchos lugares. Pero si la paz es también bienestar y resistencia a los conflictos, entonces es más difícil” (En Horst, 2022).

SABÍAS QUE…

¿Qué es la Cultura de la Paz?

¿Cómo podemos definir la Cultura de la Paz? En este video el Dr. Luis Daniel Vázquez explora las definiciones y explica por qué es importante la Cultura de la Paz para nuestras sociedades. 

Luis Daniel Vázquez. 2022. Cultura de la Paz. Cápsula de Video. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México. 

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Entonces, para lograr la Cultura de la Paz, es necesario adoptar estrategias y acciones proactivas, que no solamente busquen prevenir los conflictos, sino que permitan cambiar las condiciones de vida de las personas y las relaciones en las sociedades y entre las sociedades, para que podamos llevar una vida más plena. Esa vida plena requiere de un mayor bienestar para todas y todos, de la existencia de una sociedad justa, abierta, solidaria, y también de la consciencia de que todas las personas estamos compartiendo un mismo espacio -nuestro planeta Tierra- y que los recursos de los que disponemos son finitos, por lo que tenemos la responsabilidad de cuidarlos y de cuidarnos a nosotrxs mismxs.

SABÍAS QUE…

¿Quieres paz? ¡Enojate!

El Premio Nobel de la Paz Kailash Satyarthi ofrece un sorprendente consejo a todo aquel que quiera cambiar el mundo a mejor: Enfádate con la injusticia. En esta poderosa charla, muestra cómo una vida de pacificación surgió de una vida de indignación.

Kailash Satyarthi, TEDTalk, Marzo de 2015, 18:21’.

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¿Cuál es el elemento clave en la construcción de la paz? La Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señala que “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”. Es por ello que las acciones a favor de la paz tienen que centrarse en la transformación de las culturas de las sociedades contemporáneas, en la promoción de los valores y principios que debemos adoptar y respetar todas las personas si queremos vivir en un mundo de paz.

La Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz identifican ocho ámbitos de acción indispensables para transformar nuestras sociedades y su cultura:

1. Promover una cultura de paz por medio de la educación. Implica revisar los planes de estudio para promover valores, actitudes y comportamientos propios de una cultura de paz, incluyendo la resolución pacífica de conflictos, el diálogo, la búsqueda de consenso y la no violencia. Como señala la ENCIVICA, se trata de promover la construcción de prácticas de socialización democráticas entre los distintos actores que participan en el proceso de formación educativa (estudiantes, profesorado, directivos, padres de familia) y, entre éstos y su comunidad, para fomentar mediante el diálogo, relaciones sociales basadas en valores cívicos y éticos (respeto, tolerancia, reconocimiento, cooperación, solidaridad, honestidad) a favor de una Cultura de la Paz, el disfrute de la diversidad, la participación y la convivencia (Instituto Nacional Electoral, 2017).

2. Promover el desarrollo económico y social sostenible, a través de las acciones y políticas que permitan reducir las desigualdades económicas y sociales, erradicar la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria sostenible, la justicia social, las soluciones duraderas a los problemas sociales y la sostenibilidad medioambiental.

3. Promover el respeto de todos los derechos humanos. Los derechos humanos y la cultura de paz son complementarios: cuando la guerra y la violencia dominan, no hay posibilidad de garantizar los derechos humanos; al mismo tiempo, sin derechos humanos, en todas sus dimensiones, no puede haber cultura de paz.

4. Garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, logrando la plena participación de las mujeres en la toma de decisiones económicas, sociales y políticas y la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres.

5. Promover la participación democrática. Las bases indispensables para la consecución y el mantenimiento de la paz y la seguridad son los principios democráticos, las prácticas y la participación en todos los sectores de la sociedad, así como un gobierno y una administración democráticos, transparentes y responsables.

6. Promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad. Para erradicar la guerra y los conflictos violentos necesitamos trascender y superar las imágenes del enemigo con comprensión, tolerancia y solidaridad entre las personas, sociedades y culturas. Debemos aprender de nuestras diferencias, mediante el diálogo y el intercambio de información, para conocernos y respetarnos en nuestras diferencias.

7. Apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información y conocimientos. La libertad y el intercambio de información y comunicación son indispensables para una cultura de paz. Es necesario tomar medidas para erradicar la intolerancia y la violencia en los medios de comunicación, incluidas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

8. Promover la paz y la seguridad internacionales. Los logros en materia de seguridad humana y desarme de las últimas décadas, incluidos los tratados sobre armas nucleares y el tratado de prohibición de las minas terrestres, deberían estar acompañados de mayores esfuerzos en la negociación de acuerdos pacíficos, la eliminación de la producción y el tráfico de armas, las soluciones humanitarias en situaciones de conflicto y las iniciativas posteriores a los conflictos que permitan la convivencia pacífica y el desarrollo para el bienestar de las personas.

EN RESUMEN

  • La promoción de la Cultura de la Paz implica las acciones para transformar las relaciones entre las personas, entre las comunidades, sociedades y Estados, buscando que estas se sustenten en los valores de respeto, tolerancia, solidaridad, igualdad, justicia y libertad.
  • La Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz identifican ocho ámbitos de acción indispensables para transformar nuestras sociedades y su cultura.

¿ES POSIBLE QUE TODAS LAS PERSONAS VIVAN EN PAZ?

Un mundo de paz, en el que no hay guerras ni conflictos violentos, en el que las personas viven en paz y armonía. ¿Es algo así siquiera posible? Las respuestas a esta pregunta pueden ser complejas y diversas. Algunas de ellas pueden ser optimistas: “la paz es posible si todos creemos que es posible”, dijo Yoko Ono; la paz será posible “cuando las amenazas a la existencia de la humanidad generadas por el calentamiento global, la contaminación, entre otros, se conviertan en una amenaza inminente para todos”, sostiene Zbigniew Brzezinski (Time, 2015).

Algunas otras posturas, como la de Cass Sunstein, son más equilibradas y señalan que el futuro puede traernos la paz, especialmente si los valores democráticos lleguen a extenderse y arraigarse alrededor del mundo (¿recuerdas lo que dijimos en el apartado III.1? Cuando las sociedades adapten tan solo uno de los valores de la Cultura de la Paz, como la democracia, el resto también irá cambiando). Como lo explica Sunstein, las democracias no suelen entrar en guerra entre sí: sus líderes tienen fuertes incentivos para mantener la paz, y la información fluye libremente, rompiendo las cámaras de eco y permitiendo a la gente encontrar caminos libres de conflicto. A medida que el autogobierno y la libertad de expresión se extienden, la paz mundial se hace más factible” (Time, 2015).

SABÍAS QUE…

¿El mundo es un lugar pacífico?

A pesar de los numerosos conflictos armados que se desarrollan alrededor del mundo, una mirada profunda a la historia de la humanidad evidencia que, en realidad… la violencia ha disminuido a lo largo de los siglos.  Steven Pinker te invita a revisar esa historia y a mirar la evidencia desde una perspectiva novedosa. 

Steven Pinker, The surprising decline in violence, TEDTalks, 2007, 19:02’.

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De acuerdo con Steven Pinker (2018), y a pesar de la violencia y crueldad que observamos en nuestro mundo día a día, vivimos en un mundo cada vez más pacífico -al menos si lo comparamos con la Prehistoria o la Edad Media. Pinker reconoce que hay algunas partes del cerebro y algunos valores y comportamientos que nos transmite nuestra sociedad que nos impulsan a ejercer la violencia, como la sed de venganza, los sentimientos de tribalismo o la búsqueda de dominio sobre los otros. Sin embargo, señala que en el mismo cerebro hay también impulsos que nos inhiben de la violencia, como la empatía y la razón que nos permiten ver la violencia como un problema que hay que resolver en lugar de una competición que hay que ganar (BBC Future, 2012). Entonces, lo que tenemos que hacer, como individuos y cómo sociedad, es fortalecer y promover los valores de la paz y buscar desplazar, a través de la empatía, la solidaridad y el respeto, los impulsos violentos que podemos llegar a sentir. En esa tarea también es muy importante respetar la palabra dada y exigir el cumplimiento de las autoridades de aquello a lo que se han comprometido. 

Finalmente, podemos pensar que Brzezinski tiene razón: las crisis que enfrenta la humanidad son tan profundas y tan graves que la única manera de lograr la supervivencia de nuestra especie en la Tierra será la colaboración pacífica. Como señala el reporte de la Fundación One Earth Future, las responsabilidades son individuales y colectivas: “Las presiones existentes que conducen a la paz son claras: el desarrollo económico, el desarrollo humano y los sistemas mundiales de mantenimiento de la paz han contribuido notablemente a la paz. Si se refuerzan estos sistemas, hay muchas razones para creer que el mundo puede seguir tendiendo hacia la paz. Además, la mejora de la participación de las mujeres en la vida económica y política internacional y en el establecimiento de la paz puede apoyar la paz tanto directa como indirectamente, a través de su influencia en el desarrollo humano.

SABÍAS QUE…

¿Cómo hacer que el mantenimiento de la paz sea duradero?

En las zonas de conflicto, el desafío no solo es que este acabe, sino que su proceso de paz posterior sea duradero y sostenible. Esa es la misión de “Acción para el Mantenimiento de la Paz”, una asociación mundial de las Naciones Unidas para fortalecer la paz de más de 8 áreas en las que actualmente actúa.

Conoce más sobre su labor y su apoyo a las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas.
Naciones Unidas, ¿Cómo hacer que el mantenimiento de la paz sea duradero?, 19 de agosto de 2020, 3:05’.

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A medida que el mundo siga tendiendo hacia la paz, un compromiso más directo de las personas con las normas y creencias que deslegitiman la violencia será un factor importante para la paz”.

CASO PARA PENSAR…

Los niveles de violencia en el mundo

En este mapa pueden observar la calificación que los países del mundo obtienen en la medición del Índice Global de la Paz, que evalúa tres rubros: el nivel de seguridad de la sociedad, el alcance de los conflictos nacionales e internacionales y el grado de militarización.

Mientras más oscuro el tono, mayores niveles de violencia que experimentan los países y, mientras más claro, los niveles de violencia son menores.

¿Qué países son los más violentos y los más pacíficos? ¿Existen tendencias regionales en los niveles de violencia y de paz? ¿Qué las puede explicar?

Instituto para la Economía y la Paz, Índice Global de la Paz, 2022.

EN RESUMEN

  • La paz en el mundo es posible, siempre y cuando las personas y las sociedades adopten los valores de respeto, tolerancia y negociación para la solución de los conflictos.
  • Las múltiples crisis -climática, alimentaria, de seguridad- que enfrenta la humanidad pueden ser un potente detonador de la colaboración entre las naciones, permitiendo lograr la paz mundial.

EL PAPEL DE LA VERDAD Y EL DIÁLOGO EN LA CULTURA DE LA PAZ

La Cultura de la Paz se asienta en pilares básicos que son condición necesaria para que pueda darse. Estos pilares, que permiten evaluar la existencia de la paz positiva, se centran en las condiciones idóneas para el desarrollo del bienestar, el ejercicio de los derechos y libertades ciudadanas, la cohesión social y de otros elementos claves para la convivencia pacífica. Sin ellos resulta muy difícil alcanzar la paz.

SABÍAS QUE…

Los pilares de la paz

El Instituto para la Economía y la Paz ha identificado ocho pilares de la paz: 1) Bajos niveles de corrupción, 2) Aceptación de los derechos de los demás, 3) Libre circulación de la información, 4) Entorno empresarial sólido, 5) Alto nivel de capital humano, 6) Distribución equitativa de los recursos, 7) Buenas relaciones con los vecinos y 8) Un gobierno que funcione eficazmente.


¿Estás de acuerdo con estos elementos? ¿Consideras que son suficientes para lograr una Cultura de la Paz?

 
Fuente: Instituto para la Economía y la Paz. 2018. Mexico on the 2018 Positive Peace Index: Security Risks.

Sin embargo, en las sociedades que han sido atravesadas por violencia de manera profunda, por ejemplo aquellos países que han enfrentado guerras civiles, como El Salvador, España, Colombia, Ruanda, Serbia o en aquellos que han vivido dictaduras desgarradoras, como Argentina o Chile, entre muchos, muchos otros, es necesario un elemento más: la justicia transicional. Los conflictos internos violentos dejan heridas profundas, dividen a las familias y a las comunidades y generan desconfianza y distanciamiento entre los individuos y de los individuos frente a los grupos y a las instituciones.

SABÍAS QUE…

Justicia transicional

¿Qué es la justicia transicional? ¿Por qué es importante hacer cuentas con el pasado? Ve el video del Dr. Carlos Pelayo, quien habla de la importancia de la verdad, de la visibilización y reparación del daño hecho en el pasado para la construcción de un futuro mejor.

Dr. Carlos M. Pelayo Moller, Justicia transicional, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México, 30 de julio de 2018, 5:33’.

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Por ello se considera que cuando los conflictos concluyen, o como parte de los propios procesos de paz, resulta fundamental llevar a cabo una revisión de los hechos pasados, instaurando los mecanismos que permitan conocer la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos y acceder a la justicia y a la reparación del daño. Estos procesos, llamados precisamente de justicia transicional, son muy importantes para las víctimas, pues les da la oportunidad de encontrar a sus familiares o al menos saber cómo murieron y qué pasó con sus cuerpos, ver que las personas responsables por las violaciones enfrenten consecuencias y que se tomen medidas que impidan que estos hechos vuelvan a ocurrir.

SABÍAS QUE…

Justicia transicional en perspectiva comparada

El Dr. Jesús Rodríguez Zepeda, profesor e investigador de la UAM-Iztapalapa, nos habla sobre la justicia transicional y algunos casos paradigmáticos en los que se ha presentado.

Borde Jurídico, Justicia transicional, 9 de abril de 2015, 5:59’. 

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Los procesos de justicia transicional son complejos y requieren de una gran apertura por parte de la sociedad y de las instituciones. No se trata de la búsqueda de venganza, sino del reconocimiento de la necesidad de saber la verdad sobre los procesos históricos que han afectado de maneras muy profundas las vidas de las personas y comunidades, y de que sin esa verdad no es posible empezar el proceso de reconciliación que permita la construcción de una paz verdadera. 

Si bien los procesos de justicia transicional están asociados, principalmente, con los casos de guerras civiles o los cambios de régimen (el paso de las dictaduras a las democracias), se considera que también otras situaciones de altos niveles de violencia y frecuentes y graves violaciones a los derechos humanos también ameritan la activación de este tipo de mecanismos. Por ejemplo, en el caso de México y la guerra contra el narcotráfico es considerada una situación que amerita la activación de la justicia transicional, para atender las causas de este fenómeno y ofrecer la verdad y justicia a las víctimas.

A pesar de que se trata de un fenómeno de violencia criminal que, además, es un proceso inacabado, algunos estudios postulan la necesidad de un ajuste de cuentas con el pasado y presente violento, sosteniendo que “el tráfico de drogas, la proliferación de mercados ilegales de diversa índole, así como de actores no estatales fuertemente armados, han detonado una dinámica de violencia y victimización a gran escala, equiparable a los niveles asociados con conflictos armados no internacionales. Los elevados niveles de violencia también han generado impactos sociales importantes, así como una erosión de la confianza en las instituciones públicas. Como en otros casos de Justicia Transicional, el Estado mexicano tiene un legado no resuelto de victimización masiva y la tarea pendiente de reconocer su responsabilidad –por acción directa u omisión– en tales violaciones” (CIDE, 2018: 57).

EN RESUMEN

  • La justicia transicional es el conjunto de medidas judiciales y políticas utilizadas como reparación por las violaciones masivas de derechos humanos.
  • El conocer la verdad sobre las violaciones de los derechos humanos, reducir la impunidad, reparar el daño sufrido por las víctimas e impedir que estas violaciones vuelvan a ocurrir son los elementos necesarios para la construcción de la paz en las sociedades post conflicto.

LAS MUJERES Y LA CULTURA DE LA PAZ

Los fenómenos de la paz y la guerra, como muchos otros fenómenos sociales, afectan de manera distinta a las personas en función de su género. Por ejemplo, la guerra suele ser vista como una actividad masculina, donde los varones dominan tanto entre los combatientes como en el número de muertos en los conflictos armados. Sin embargo, las mujeres están entre la población más vulnerable ante la violencia: están expuestas a dificultades económicas y en acceso a los servicios de salud, a altos riesgos de violación y violencia sexual -con frecuencia usada como herramienta de genocidio o limpieza étnica-, son la mayoría de las personas desplazadas y de las víctimas civiles en los conflictos armados, y también son entre quienes sufren las consecuencias a largo plazo, como la escasez de los alimento o el deterioro de los servicios públicos (Sjoberg, 2016).

Los datos relativos al grado de violencia experimentada por las mujeres y niñas durante los conflictos bélicos son aterradores: “Se calcula que el 70% de las bajas registradas en los conflictos recientes entre quienes no eran combatientes correspondía principalmente a las mujeres y a las niñas. Hasta medio millón de mujeres fueron víctimas de violaciones en Rwanda durante el genocidio de 1994. Aproximadamente, 60,000 fueron violadas en la guerra que tuvo lugar en Croacia y Bosnia y Herzegovina, y se estima que en Sierra Leona se produjeron 64,000 incidentes de violencia sexual contra las mujeres y las niñas relacionados con la guerra entre 1991 y 2001” (Mayanja, 2010).

SABÍAS QUE…

La guerra no tiene rostro de mujer

Este libro es un ensayo documental de la escritora bielorrusa Svetlana Aleksievich, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015. El libro contiene relatos de las mujeres soviéticas que lucharon en la Gran Guerra Patria (la Segunda Guerra Mundial). Puedes conocer estas historias y una visión femenina de la guerra a través del libro y en este video que te acercará a algunos fragmentos:

 

Fragmentos de ‘La guerra no tiene rostro de mujer’, de Svetlana Alexiévich. El Espectador. 22 de abril de 2016. 3:18’.

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Las mujeres tienen entonces mucho interés en la creación de contextos de paz y en su mantenimiento. También se considera que una mayor presencia de las mujeres en los puestos de poder y en la vida pública contribuye a que se adopte una política interna y exterior más pacífica y que se reduzcan los riesgos de las violaciones a los derechos humanos. El análisis de la historia de las sociedades contemporáneas aporta evidencia que sostiene que las sociedades con mayores niveles de igualdad de género -en particular las que garantizan la seguridad física de las mujeres y su protección frente a la violencia física y sexual- evitan el involucramiento estatal en los conflictos armados (Hudson et al., 2009).

La posición especialmente vulnerable de las mujeres y niñas durante los conflictos bélicos y la relación entre el género y la paz han puesto en evidencia la necesidad de la participación de las mujeres en las negociaciones de los acuerdos de paz y la reconstrucción post conflictos. Esta necesidad fue reconocida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el año 2000, a través de la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad.

La Resolución 1325 exhorta a los países a llevar a cabo tres acciones centrales encaminadas a frenar las prácticas de la violencia contra las mujeres y las niñas en los conflictos armados:

1. Incrementar la representación de las mujeres en todos los niveles de adopción de decisiones de las instituciones y mecanismos nacionales, regionales e internacionales para la prevención, la gestión y la solución de conflictos.

2. Adoptar medidas especiales para proteger a las mujeres y las niñas de la violencia en la guerra, y proporcionarles oportunidades de participar en los procesos de paz como medio para lograr soluciones a largo plazo.

3. Incorporar la perspectiva de género, con la inclusión de las necesidades especiales de las mujeres y las niñas durante la repatriación y el reasentamiento, así como para la rehabilitación, la reintegración y la reconstrucción después de los conflictos.

La Resolución 1325 reconoce también la importancia del activismo, presente y pasado, de las mujeres a favor de la paz, conciliación y prevención de los conflictos. Con frecuencia es su involucramiento el que permite el inicio de las negociaciones por la paz y la articulación de las propuestas de cambios profundos en las relaciones entre las personas, grupos y sociedades. Sus denuncias también son clave para lograr la visibilización de las consecuencias trágicas que los conflictos armados tienen sobre la vida de las personas.

SABÍAS QUE…

Las mujeres luchando por la paz

“¡Quiero recorrer el mundo entero para que sepan lo que está pasando por aquí!”. Con estas palabras la activista afgana, Palwasha Kakar, expresó la misión de su vida: luchar por la paz y la igualdad de género en Afganistán.

Puedes conocer su historia y la historia de muchas otras mujeres de distintos países que lucharon y siguen luchando por la paz de su comunidad y del mundo.

La incorporación de las mujeres en las distintas etapas de la gestión y solución de conflictos es fundamental para el éxito de estos procesos. Esto se debe, por un lado, a que la paz duradera solo se puede lograr si toda la población es escuchada e involucrada en los procesos de negociación, lo que permite hacernos más fuertes y eleva la legitimidad de los procesos de paz. Por otro lado, la incorporación de las necesidades y capacidades de las mujeres de actuar a favor de la paz desde las familias, las comunidades y las organizaciones sociales permite generar cambios sociales más profundos y, por ende, más duraderos (Porter, 2003; Karam, 2001).

EN RESUMEN

  • Los conflictos bélicos impactan de manera distinta a las personas en función de su género y tienden a afectar en mayor medida a las mujeres y las niñas.
  • La igualdad de género en las sociedades está asociada con la disminución de los conflictos armados y con una mayor estabilidad y duración de la paz.
  • La participación de las mujeres en todas las etapas de gestión de las crisis y construcción de la paz es indispensable para lograr que esta sea estable y duradera.